Desde ayer, la demo de Little Nightmares 3 está accesible en todas las plataformas principales, y las primeras pruebas revelan diferencias técnicas que van más allá de lo esperado. Quienes hayan probado el juego en Nintendo Switch 2, Xbox Series S y PlayStation 5 notarán que, aunque la esencia visual de la saga se mantiene intacta, cada versión ofrece una experiencia distinta en cuanto a fluidez y fidelidad gráfica. La consola de Sony lidera en calidad visual, pero la decisión de limitar la Switch 2 a 30 fotogramas por segundo —sin alternativa— ha llamado la atención, especialmente cuando sus competidoras directas sí permiten elegir entre rendimiento y resolución.
El estudio Supermassive Games, conocido por su trabajo en juegos como The Quarry, ha optado por mantener dos modos en PS5 y Xbox Series: uno que prioriza la estabilidad a 60 fps (Rendimiento) y otro que sacrifica fluidez por una imagen más nítida a 30 fps (Calidad). Sin embargo, este último no introduce mejoras sustanciales más allá de un escalado de resolución, lo que plantea preguntas sobre su utilidad real. Mientras, la Switch 2 carga con recortes evidentes en texturas, iluminación y efectos, además de carecer de la opción de 60 fps, algo inusual en una consola que se publicita como de «nueva generación».
Diferencias gráficas entre plataformas
En PlayStation 5, el juego despliega sombras más definidas, una iluminación más trabajada y un posprocesado que refuerza la atmósfera opresiva del título. La Xbox Series S, aunque cercana, muestra ciertas concesiones: menos detalle en los efectos de luz y una claridad general inferior. Pero es en la Switch 2 donde las diferencias se vuelven más palpables. Aquí, no solo falta el modo de 60 fps, sino que los modelos geométricos pierden complejidad, las texturas se simplifican y los efectos de iluminación se reducen. Aun así, el estilo artístico —basado en contrastes oscuros y proporciones distorsionadas— logra disimular parte de estas limitaciones, conservando el tono característico de la serie.
La demo confirma que Little Nightmares 3 sigue la línea argumental de sus predecesores, esta vez con dos nuevos personajes, Low y Alone, atrapados en La Ninguna Parte, un escenario que mezcla lo onírico con lo siniestro. Bandai Namco ha anunciado su lanzamiento para el 10 de octubre de 2025, abarcando desde consolas de última generación hasta plataformas más antiguas como PS4 y Xbox One. La inclusión de la Switch original en la lista de compatibilidad refuerza la apuesta por llegar al mayor número de jugadores, aunque a costa de ajustes técnicos desiguales.
El debate sobre los modos gráficos
La opción de Calidad en PS5 y Xbox Series ha generado cierto escepticismo. Al comparar ambos modos, muchos usuarios señalan que las diferencias —más allá de la resolución— son mínimas: mismos modelos, misma densidad de efectos y una iluminación casi idéntica. Esto convierte al modo Rendimiento en la elección más lógica para la mayoría, ya que el salto a 60 fps sí se nota en la jugabilidad, especialmente en secuencias que exigen precisión. En cambio, la Switch 2 no tiene margen de maniobra: su versión está anclada a 30 fps y recortes visuales que, aunque comprensibles por el hardware, contrastan con el discurso de «evolución» que acompañó su presentación.
El juego, que llega tras el éxito de Little Nightmares II (2021), promete expandir el universo de la franquicia con mecánicas cooperativas y puzzles más elaborados. La demo actual permite explorar un fragmento inicial del mundo, donde la interacción entre Low y Alone parece clave para avanzar. Queda por ver si estas decisiones técnicas afectarán a la recepción final, pero, de momento, la experiencia en PS5 sigue siendo la referencia para quienes busquen la versión más pulida. La pregunta ahora es si los jugadores de Switch 2 estarán dispuestos a asumir estos compromisos por mantener la portabilidad.