Justin Truman asume el liderazgo de Bungie en un momento crítico para el estudio. Tras 23 años al frente, Pete Parsons anunció su retirada, dejando atrás una etapa marcada por éxitos como Halo y Destiny, pero también por polémicas recientes. Parsons, quien supervisó la transición de Bungie desde Microsoft hasta su adquisición por Sony en 2022, destacó en su mensaje de despedida el orgullo por los mundos creados y las comunidades formadas en torno a sus juegos.
Sin embargo, su salida llega cuando el estudio enfrenta uno de sus mayores desafíos: el desarrollo de Marathon, un shooter de extracción que ha acumulado retrasos y controversias.
El escándalo de plagio en Marathon
En mayo de 2025, la artista escocesa Fern Hook (conocida como Antireal) denunció públicamente que elementos de su portafolio artístico de 2017 fueron utilizados sin autorización en Marathon. Las pruebas presentadas en redes sociales mostraron similitudes evidentes entre sus diseños y los entornos del juego, lo que llevó a Bungie a admitir el error y atribuirlo a un exempleado que incorporó el material en 2020. Aunque el estudio prometió una revisión exhaustiva de todos los recursos gráficos, el daño a su reputación ya estaba hecho. La moral interna se resintió, y fuentes cercanas al proyecto describieron un ambiente de incertidumbre y baja motivación. La alfa del juego, lanzada en abril, recibió críticas por su jugabilidad y diseño, agravando la situación.
El impacto fue inmediato: se canceló el tráiler previsto para junio, se pausó la campaña de reservas y la beta pública de agosto quedó en suspenso. Aunque inicialmente no se contempló un retraso oficial, la presión de la comunidad y los problemas internos llevaron a Bungie a anunciar, en junio, que Marathon no llegaría en septiembre como estaba planeado. La nueva fecha de lanzamiento sigue sin definirse, y el estudio ha evitado mostrar material adicional del juego mientras continúa la auditoría legal y artística.

Justin Truman y los retos inmediatos
Truman, quien lleva 15 años en Bungie y anteriormente dirigió el desarrollo de Destiny 2, asume ahora la responsabilidad de reconducir tanto Marathon como el futuro del estudio. En su primer mensaje, se comprometió a trabajar junto al equipo para seguir entregando contenido a los mundos que, según sus palabras, «solo existen y prosperan con los jugadores en ellos«. Sin embargo, el contexto es complejo: Destiny 2 atraviesa un momento de baja popularidad, y la integración de Bungie en la estructura de PlayStation Studios implica cambios organizativos y menos autonomía.
El nuevo líder hereda un proyecto, Marathon, que no solo debe superar el escándalo de plagio, sino también convencer a una comunidad escéptica. Mientras, los fans de Destiny 2 esperan señales claras sobre el rumbo de la franquicia, cuya base de jugadores ha disminuido en los últimos meses. La transición de Parsons a Truman coincide con un periodo de reestructuración en el que Sony busca consolidar su inversión, lo que podría implicar ajustes en la estrategia creativa y operativa del estudio.