Nintendo ha mantenido durante años un enfoque claro en sus franquicias consolidadas, priorizando la iteración sobre la creación de nuevas propiedades intelectuales. Esta estrategia no es casualidad, sino una decisión consciente respaldada por su vasta biblioteca de títulos. En una reciente entrevista con Bloomberg, el programador Ken Watanabe, quien ha trabajado en proyectos como Splatoon y Pikmin 3, explicó que la compañía no ve la necesidad de desarrollar nuevas IP cuando ya cuenta con un catálogo diverso y estable.
El proceso creativo de Nintendo, según Watanabe, se centra primero en la mecánica de juego antes de decidir a qué franquicia pertenece. «Cuando queremos hacer algo nuevo, se trata de la jugabilidad«, afirmó. La apariencia o el envoltorio del juego son secundarios, puesto que lo importante es encontrar la mejor adaptación para la nueva experiencia de juego. Esta filosofía se refleja en títulos como ARMS o Drag X Drive, experimentos que surgieron en momentos clave, como el lanzamiento de una nueva consola.
Splatoon y las excepciones en el catálogo de Nintendo
Aunque Nintendo rara vez apuesta por nuevas franquicias, Splatoon es una de las excepciones más recientes. Lanzado en 2015 para Wii U, el título ha crecido con dos secuelas en Switch y pronto tendrá su primer spin-off importante: Splatoon Raiders. Watanabe, quien participó en el desarrollo de la serie, también ha trabajado en otros proyectos como Super Mario Bros. Wii, demostrando su versatilidad dentro de la compañía.
La nueva Nintendo Switch 2, lanzada en julio, ha seguido esta tendencia de priorizar franquicias conocidas. Mario Kart World y Donkey Kong Bananza son ejemplos de los principales lanzamientos para la nueva consola, junto con actualizaciones de títulos clásicos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild y Super Mario Party Jamboree. Las ventas de hardware han sido sólidas, con más de 5,82 millones de unidades vendidas a nivel mundial, según los informes financieros de agosto.
En cuanto al software, la Switch 2 ha vendido 8,67 millones de unidades, una cifra notable aunque aún lejos de los 1.400 millones de la Switch original. La consola ha mantenido su popularidad, especialmente en mercados como Estados Unidos, donde superó las ventas de hardware en agosto con más de 2 millones de unidades.