El año pasado, el planeta generó aproximadamente 62 millones de toneladas de residuos electrónicos, una cifra equivalente a llenar más de 1,5 millones de camiones de basura. Este volumen representa un aumento del 82 % desde 2010, y se estima que para 2030 la producción de estos desechos podría alcanzar los 82 millones de toneladas. Entre estos residuos, los dispositivos electrónicos como computadoras portátiles y teléfonos contienen metales valiosos, pero menos de una cuarta parte se recicla adecuadamente.
La extracción de oro de estos residuos y de minerales tradicionales suele depender de métodos contaminantes, como el uso de cianuro o mercurio. Estos procesos no solo dañan el medio ambiente, sino que también representan un riesgo para la salud de los trabajadores. Un equipo de la Universidad de Flinders ha desarrollado una alternativa más segura, publicada en la revista Nature Sustainability, que evita el uso de estos químicos tóxicos.
Un método más seguro para extraer oro
El nuevo procedimiento utiliza ácido tricloroisocianúrico, un compuesto ya empleado en el tratamiento de agua, activado con un catalizador de haluro en agua salada. Este proceso disuelve el oro presente en minerales o desechos electrónicos. Posteriormente, el oro se captura mediante un polímero de polisulfuro, elaborado a partir de azufre, un subproducto abundante y económico de la industria petrolera. Este polímero es capaz de identificar y retener el oro incluso en mezclas con otros metales.
Una vez unido al polímero, el oro se recupera mediante pirólisis o despolimerización, procesos que permiten obtener el metal con alta pureza. Además, el polímero puede reutilizarse, y el equipo también ha desarrollado métodos para reciclar los químicos y el agua empleados en el proceso. Las pruebas confirmaron su eficacia con minerales, placas de circuitos y otros residuos electrónicos que contienen oro.
Los investigadores destacan que su objetivo es ofrecer una alternativa segura a los mineros artesanales, muchos de los cuales dependen del mercurio, una de las mayores fuentes de contaminación en el planeta. Sin embargo, aún quedan desafíos por resolver, como escalar la producción del polímero y optimizar los costos para competir con los métodos tradicionales.
El estudio sugiere que este enfoque podría ser clave para una minería más sostenible, tanto en recursos primarios como en la llamada «minería urbana», que recupera metales de los desechos electrónicos. Esto reduciría la necesidad de extracción primaria, minimizando el impacto ambiental. Aunque el método es prometedor, los investigadores insisten en que se requiere más investigación para perfeccionarlo y hacerlo viable a gran escala.