Hoy nos ponemos a los mandos de Deadzone: Rogue, un shooter roguelike en primera persona desarrollado por Prophecy Games que nos lleva a los pasillos claustrofóbicos de la estación espacial ISS-X. La premisa es un clásico del género de ciencia ficción: despertamos con amnesia total en una nave espacial que se ha convertido en una pesadilla viviente, infestada de robots asesinos, androides rebeldes y criaturas biomecánicas de origen desconocido.
La historia del juego se desarrolla de manera gradual a través de registros dispersos en tablets y elementos de narrativa ambiental que el jugador va descubriendo durante sus incursiones. Sin memoria de quién es o cómo llegó allí, nuestro protagonista se encuentra atrapado en un ciclo aparentemente infinito de muerte y renacimiento, armado únicamente con una pistola básica y la determinación de descubrir la verdad detrás de la catástrofe que ha asolado la nave.
El misterio central gira en torno a las investigaciones experimentales que se llevaban a cabo en la estación, las cuales parecen estar relacionadas directamente con la capacidad de nuestro personaje para revivir una y otra vez. La ambientación recuerda fuertemente a clásicos como System Shock, con esa mezcla perfecta de horror espacial y ciencia ficción que mantiene al jugador constantemente en tensión. A lo largo de las tres zonas principales del juego, la narrativa evoluciona revelando gradualmente los eventos catastróficos que llevaron a la nave a su estado actual, mientras que los comentarios sarcásticos y ocasionalmente desesperados del protagonista añaden una capa de humanidad a la experiencia, evitando que la historia se sienta demasiado fría o distante.
Apartado Técnico
Deadzone: Rogue está construido sobre Unreal Engine 5, lo que le permite ofrecer un rendimiento técnico sólido y estable en una amplia variedad de configuraciones de hardware. El juego mantiene framerates consistentes incluso durante los combates más frenéticos, donde la pantalla se llena de proyectiles, explosiones y efectos de partículas. Los requisitos mínimos del sistema incluyen una GTX 1060 6GB, Intel i5-4690 o AMD Ryzen 5 1500X, y 8GB de RAM, mientras que para la experiencia recomendada necesitarás una RTX 2080 o RX 6700, Intel i7-11700 o AMD Ryzen 5 5600, y 12GB de RAM. Estas especificaciones son razonables para un título moderno y permiten que una amplia base de jugadores pueda disfrutar del juego.
Visualmente, el juego presenta gráficos limpios y funcionales aunque algo repetitivos. Las habitaciones, si bien están bien diseñadas desde el punto de vista funcional, pueden resultar algo estáticas, ya que la única variación real entre partidas es la colocación de enemigos y objetos. Sin embargo, las tres zonas del juego cuentan con estéticas claramente diferenciadas que ayudan a mantener cierto nivel de variedad visual durante la progresión.
El apartado sonoro acompaña adecuadamente la experiencia, con una banda sonora atmosférica que refuerza la sensación de aislamiento y peligro constante del entorno espacial. Los efectos de sonido de las armas son contundentes y satisfactorios, contribuyendo significativamente a la sensación de impacto del combate.
Una de las características técnicas más destacables es el soporte completo para tecnologías RTX, incluyendo DLSS 4 con Multi Frame Generation, Ray Tracing y NVIDIA Reflex para reducir la latencia. Esto ofrece una experiencia visual mejorada para quienes cuenten con hardware compatible, con iluminación más realista y mejor rendimiento.
Para dispositivos portátiles, el juego funciona sorprendentemente bien. En Steam Deck alcanza aproximadamente 45 fps con configuraciones optimizadas, mientras que en dispositivos más potentes como el Ayaneo 3 puede mantener 60 fps a 1080p en configuración baja, lo que demuestra la versatilidad técnica del título.
Jugabilidad: Un arsenal enorme
El corazón de Deadzone: Rogue reside en su meticulosamente diseñado bucle de jugabilidad que combina acción frenética con planificación táctica. Cada habitación comienza con el modo sigilo activado automáticamente, una mecánica brillante que permite al jugador estudiar cuidadosamente la disposición de enemigos, identificar amenazas prioritarias y planificar emboscadas antes de desatar el caos. El arsenal disponible es extraordinariamente variado, incluyendo más de 30 armas únicas que van desde pistolas y escopetas convencionales hasta miniguns devastadores y blasters experimentales. Cada arma puede estar imbuida con uno de cuatro elementos diferentes: fuego, hielo, rayos y vacío, cada uno con mecánicas únicas que transforman radicalmente la experiencia de combate.
El sistema de aumentos es donde el juego realmente brilla, permitiendo transformaciones radicales de las armas. Una simple escopeta puede convertirse en un cañón de vacío que aspira enemigos antes de desintegrarlos, mientras que una pistola básica puede evolucionar en un arma de plasma que encadena daño entre múltiples objetivos. Esta profundidad en la personalización garantiza que cada partida se sienta única.
Las mecánicas de movimiento son fluidas y responsivas, con dash direccional, doble salto y deslizamientos que se integran perfectamente en el combate. La movilidad no es solo una adición cosmética, sino una necesidad absoluta para sobrevivir a las oleadas de proyectiles enemigos y posicionarse estratégicamente en los enfrentamientos.
La variedad de enemigos es impresionante, desde robots básicos y arañas robóticas hasta criaturas biomecánicas pesadilla y jefes colosales. Cada tipo de enemigo requiere diferentes estrategias y mantiene los combates dinámicos e impredecibles. Los encuentros están diseñados para enseñar rápidamente al jugador sobre cada nuevo tipo de amenaza, permitiendo un aprendizaje orgánico sin tutoriales intrusivos.
El sistema de progresión dual incluye tanto mejoras temporales (Scrap para la partida actual) como permanentes (Tech Points que persisten entre muertes). Esta estructura mantiene la motivación incluso después de muertes frustrantes, ya que cada partida contribuye al progreso general del personaje.
Duración
Deadzone: Rogue ofrece diferentes experiencias de duración según el enfoque y dedicación del jugador. La campaña principal, que abarca las tres zonas fundamentales del juego, puede completarse en aproximadamente 3-4 horas para jugadores enfocados exclusivamente en avanzar la historia central. Sin embargo, esta cifra representa solo la superficie de lo que el juego tiene para ofrecer. Los jugadores que se dediquen a explorar el contenido secundario, incluyendo misiones adicionales, desafíos especializados y la recolección de todos los registros de lore, pueden esperar invertir entre 10-12 horas para una experiencia más completa.
Para los completistas absolutos que buscan desbloquear todos los logros, armas, habilidades y dominar todos los aspectos del juego, el tiempo total puede extenderse hasta 13-15 horas. Esto incluye experimentar con todas las combinaciones de build posibles y completar los desafíos más difíciles. Los jugadores más dedicados que busquen dominar completamente todos los aspectos del juego, incluyendo los cinco niveles de dificultad para cada zona y los múltiples desafíos especializados (como completar zonas usando solo rifles, solo combate cuerpo a cuerpo, o otras restricciones), pueden fácilmente invertir entre 30-50 horas o más.
La rejugabilidad está garantizada por el contenido endless, los desafíos especiales que se desbloquean progresivamente, y la naturaleza roguelike del juego que hace que cada partida se sienta diferente gracias a la generación procedural de encuentros y la aleatoriedad en las mejoras disponibles.
¿Merece la pena jugarlo?
Deadzone: Rogue es un roguelike FPS excepcionalmente sólido que demuestra una comprensión profunda y madura de qué elementos hacen funcionar al género. Su combinación de gunplay satisfactorio, mecánicas de progresión profundas y un bucle adictivo de «una partida más» crea una experiencia que mantiene a los jugadores regresando repetidamente.
Las fortalezas del juego son numerosas y significativas. El combate se siente fluido y responsivo, con una variedad impresionante de armas que se sienten genuinamente diferentes entre sí. El sistema de aumentos creativos permite experimentación constante y la creación de builds que pueden transformar completamente el estilo de juego. La mecánica de sigilo inicial añade una capa de profundidad táctica que diferencia al título de otros shooters más frenéticos del género.
La optimización técnica es ejemplar, funcionando bien en múltiples plataformas desde PC de gama media hasta dispositivos portátiles. El modo cooperativo está bien implementado y añade una dimensión completamente nueva a la experiencia, permitiendo estrategias coordinadas entre hasta tres jugadores.
Sin embargo, el juego no está exento de debilidades. El diseño de habitaciones puede volverse repetitivo después de múltiples partidas, y algunos picos de dificultad ocasionales pueden resultar frustrantes, especialmente para jugadores nuevos en el género. La narrativa, aunque serviceable, no alcanza a ser verdaderamente memorable y se siente más como un vehículo para justificar la acción que como un elemento narrativo genuinamente cautivador.
La Zona 1 del juego se siente notablemente más débil en comparación con el contenido posterior, lo que podría desalentar a algunos jugadores durante sus primeras impresiones. Adicionalmente, aunque la variedad de armas es impresionante, algunos jugadores han señalado que podrían beneficiarse de opciones aún más extravagantes y experimentales.
Deadzone: Rogue no busca revolucionar la fórmula del roguelike FPS, pero ejecuta brillantemente todos los elementos fundamentales que hacen especial al género. Para los fanáticos de la acción frenética, la progresión satisfactoria y la adicción de «una partida más», este título representa una recomendación fácil que justifica completamente su precio de compra.