La disputa legal entre Nintendo y Genki, el fabricante de accesorios conocido anteriormente como Human Things, Inc., ha llegado a su fin con un acuerdo confidencial y una orden judicial permanente a favor de la compañía japonesa. El conflicto, que comenzó en enero de 2025, giraba en torno a la promoción de accesorios para la Nintendo Switch 2 antes de su presentación oficial, lo que llevó a Nintendo a acusar a Genki de infracción de marca registrada, competencia desleal y marketing engañoso.
El caso se originó cuando Genki exhibió en el CES una maqueta de la Switch 2 impresa en 3D, que incluía la marca Nintendo, apenas días antes del tráiler de primer vistazo de la consola. La empresa también organizó una presentación llamada «Genki Direct» y promocionó la compatibilidad de sus accesorios con un hardware que aún no había sido anunciado. Aunque se especuló sobre un posible acceso no autorizado al hardware, Genki negó ante el tribunal haber tenido contacto con propiedad intelectual de Nintendo antes del lanzamiento oficial.
Nintendo refuerza su protección de marca
Como parte del acuerdo, Genki se comprometió a dejar de usar cualquier elemento de propiedad intelectual de Nintendo que pudiera generar confusión en el mercado. Esto incluye la prohibición de marcas registradas, logotipos y esquemas de color asociados a las consolas de la compañía. Además, la empresa no podrá utilizar nombres como «Glitch 2» ni organizar eventos de marketing con términos similares a los de Nintendo, como «Genki Direct».
A pesar de estas restricciones, Genki podrá hacer referencia a productos de Nintendo en casos específicos, siempre que se limite a declaraciones de compatibilidad fáctica o aclare su condición como fabricante de accesorios sin licencia. No se han revelado los términos financieros del acuerdo, aunque Nintendo confirmó que se pagarán daños y perjuicios. Cada parte asumirá sus propios gastos legales.
La medida cautelar permanente, que cubre la propiedad intelectual presente y futura de Nintendo, se aplica a nivel global. Las infracciones a esta orden están sujetas a sanciones severas. Este caso subraya el rigor con el que Nintendo protege su marca y sus anuncios, mientras que para los fabricantes de accesorios externos, la sentencia sirve como advertencia sobre los riesgos de comercializar productos sin autorización oficial.